Hemos hecho una lista recopilando las características de los 12 tipos de fumetas que más comúnmente podemos encontrarnos. Seguro que más de uno se siente identificado y a más de dos entre sus colegas 🙂
1. El filósofo:
Es el que empieza a preguntarse por el sentido de la vida, de la muerte y de todas las cosas habidas y por haber. Lo peor es que acaba haciendo que te lo preguntes tú también. Estos fumetas tienen cuerda para rato porque el universo es inmenso y puedes estar todo el día con ellos debatiendo. Una vez sereno/a y de vuelta a casa, una de dos: o te ha solucionado la vida o te la ha jodido bien.
2. El fanfarrón:
El tío que sabe mucho de porros y desde la primera calada empezará a decir (como si fuera el experto catador número 1) si es buena o no, si le falta curado, si es de interior o exterior, bla bla bla y te dará consejos sin que tú se los hayas pedido. Una maravilla de hombre/mujer, vamos.
3. El listillo de turno:
Dícese de aquel que ni cultiva ni trae maría nunca. Siempre está diciendo que quiere plantar en casa pero nunca lo hace, y es raro que pille ni 10 euros porque no tiene dinero. Para más INRI, este personaje también tiene parte del fanfarrón, así que prepárate. Aparece en el “mejor” momento.
4. El novato:
Con 2 caladas ya está listo. “Pasacalada”, que el pobre como fume más le va a dar algo.
5. El cruspidor:
Le pasas el porro para que de dos tiros y… sabes que ya nunca lo volverás a ver. Ya puedes ir haciéndote otro…
6. El manco:
Solo fuma cuando está con gente fumadora y no sabe ni liar (como mucho grindar). Depende de ti y frecuentemente también es cruspidor, cosa que cuando estás con él/ella sabes que vas a pasarte toda la noche liando porros para que, fundamentalmente, se los cruspa él.
7. El chupacanutos:
Seguramente es el fumeta más desagradable. No sabes si algún día se lo comerá también.
8. El uñas:
Ese que no sabe encenderse bien un canuto y va dejando esa forma horrible echando a perder medio porro.
9. El tocahuevos:
El que te pasa siempre el canuto apagado. Vaya por dios.
10. El pesao:
Cada dos por tres va diciendo “¡Que rule, que rule!” y no deja fumar tranquilo. Las veces que menciona esta expresión crece proporcionalmente al número de personas que estén fumando.
11. El meditador:
No habla apenas. Fuma despacio, como si estuviera digiriendo el humo, y se relaja hasta el punto de la meditación. Se concentra en su estado y ahí se queda.
12. El cortarollos:
Estos son los peores. Fuman para aliviar las penas, por lo cual se ponen a hablar de sus historias melodramáticas y explicar cuan desgraciados y pobrecitos son, provocando muchas veces el efecto contagio.
Y tú, ¿qué tipo de fumeta eres?
